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Una de las cosas que más me gusta en el mundo es tumbarme en la cama y leer. Leer sin ningún tipo de límite, leer sin descanso. Porque me gusta que un libro me enganche y se lleve un tiempo siendo mi especie de droga, hasta su fin. Y en ese momento es cuando me siento seca y perdida. Porque cuando un libro te gusta realmente es capaz de transportarte a otro mundo totalmente distinto, y también de convertirte en uno de los personajes de él, pudiendo elegir tú, sin ningún tipo de obstáculo. En ese instante es cuando vives la vida que quieres, sólo con los impedimentos que te vengan en la propia historia, y puedes aprender a partir de ello reglas que marquen tu realidad, como la primordial: Ser feliz. Ser feliz a pesar de todo lo que te pueda venir, obviando las pequeñas rozaduras que te irritan la mente y sabiendo estar en un estado mental absoluto: 'bien'.